NOTA DEL DIARIO CLARIN (ARGENTINA)
Si bien, en 2006, la industria subió 8.2%, los números del INDEC no incluyeron los resultados del crecimiento de una de las fábricas más importantes del país, los futbolistas de EL POTRERO. Claro que el organismo no sólo debería contemplar los nuevos talentos que poblaron las divisiones inferiores de los clubes, sino que debería agregar el impacto que producen en la actividad los chicos latinoamericanos que llegan a Necochea para perfeccionarse durante uno, dos, tres y hasta seis meses o un año, en la escuela de fútbol Argentino
http://www.elpotrero.com.ar/ "El año pasado vinieron de Colombia, Ecuador, Panamá, Guatemala, Honduras, México, Venezuela y Estados Unidos. Fueron poco más de 100 chicos. Acá manejamos las instalaciones del club Rivadavia y a los que llegan les damos entrenamiento individual y grupal en la parte técnica y física, una pretemporada...", explica Enrique Amarante, el director del emprendimiento.
"Lo que piden son cursos de 1 a 3 meses, pero pueden quedarse un año si quieren. Algunos después quieren aprender a bailar tango y también van de oyentes a algunas clases del secundario. Hay chicos que mueven a toda la familia y se genera un movimiento económico importante para la ciudad. Una señora de Panamá me preguntaba cómo era la escuela y yo le dije véngala a ver usted mismo y se vino con su hijo y su marido", cuenta Amarante, mientras se escucha la voz de su esposa que lo apuntala. Es que la escuela se convirtió en una empresa familiar: "Me ayudan mi hijo, mi mujer que prepara la comida. También tenemos nutricionista, médicos, un servicio de cocineros, de habitación, televisión y DVD". ¿El costo? El mínimo para ponerse a punto oscila entre 1.250 y 2000 dólares. Incluye el alojamiento, el almuerzo y la cena, los trasladosinternos.
Respecto del nivel que traen los proyectos de futbolistas, uno de los entrenadores de El Potrero, Abel Coria -ex jugador y técnico de la Reserva de Estudiantes de la Plata- asegura que "la mayoría son buenos. Trato de inculcarles los conceptos básicos y mejorarlos en la parte técnica y táctica, dentro de lo que se puede hacer en poco tiempo".
Las prácticas suelen ser a medida de las necesidades de los jugadores. Están los que quieren hacer sólo una buena pretemporada para llegar a su club en buen estado físico, como el caso de Thiago Reggiani, un trotamundos brasileño de 24 años que pasó por las inferiores de Boca y la primera de All Boys, en 1999. "En Australia, el fútbol es semiprofesional y no se trabaja muy bien. Estar en Necochea me permitió ponerme a punto", asegura vía telefónica desde Brisbane. También están los que ponderan el perfeccionamiento de la técnica: "Yo estaba jugando en la Selección Sub 17. Busqué mejorar con la bola. Volví con una mejor condición física, más velocidad, más técnica y una visión de juego diferente, todas cosas que en Guatemala es difícil de mejorar", sostiene Juan Andrés Ortega Beusekom, quien desembolsó 2.950 dólares para su excursión de dos meses por Necochea. Antes de cortar, se apura a contar que volverá en breve porque tiene una prueba en Estudiantes pendiente.
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