EL NEGOCIO DEL FÚTBOL

La cifra asusta. Según un informe de la consultora Deloitte, el fútbol mueve 500.000 millones de dólares anuales, lo que la convierte en la 17 economía del mundo. Para ser más específicos: el Producto Bruto Interno de la Argentina no llega a los 170.000 millones. En términos macroeconómicos, sólo 25 países tienen un PBI por encima de lo que genera la número cinco. Sí, tremendo.

Y el Mundial ha venido a confirmar este auge. La FIFA recaudó 1.700 millones por derechos de TV, otros 500 por patrocinadores, y según un informe del diario Handelsblatt que cita fuentes oficiales de Infront, la empresa suiza a la que designó FIFA como agente de venta, la Copa del Mundo movió en todo el planeta 8.600 millones de dólares en publicidad. Vaya un dato: el segundo en la TV germana para la final, costaba 16.000 euros. No parece, claro, un mal negocio apostar al fútbol: también según Infront, el Mundial alcanzó una audiencia global sumando todos los partidos de más de 30.000 millones de personas, seis veces la población mundial, constituyéndose en el evento televisado más exitoso de la historia. De ellos, 1.300 millones vieron la final en 205 países, ya que sólo un estado asociado no compró los derechos: Turkemistán.

Los números que se recogen alrededor del planeta no hacen más que seguir asombrándonos: La Gazzetta dello Sport consiguió el lunes pasado su récord histórico de ventas. Expendió 2.302.088 diarios, contra el 1.409.403 que había vendido cuando la Azurra fue campeón en España 82. En Francia, la derrota pegó, pero rindió: L''Equipe vendió 1.000.000 de ejemplares y si ganaban la final, la previsión se duplicaba. Esto no es nada medido con la TV: en la península, 28 millones de personas siguieron la final, mientras que otros 24 lo hicieron en Francia. Pero no fue el partido más visto: en China, 70 millones se sentaron frente a la tele el día que Inglaterra, selección marketinera si la hay, debutó con Paraguay. Y en Alemania, la semifinal con los tanos fue seguida por 30 millones, marcando un nuevo récord para la TV teutona.

En este marco, sobresale la apuesta que hizo Canal Cuatro de España con la contratación de Diego Maradona. No sólo arrasó con el rating, sino que los comentarios del Diez en la final fueron seguidos por 10.627.000 espectadores, cuadruplicando la audiencia obtenida horas antes por la final de Wimbledon entre Rafa Nadal y Federer.

Más: en Estados Unidos, país con poca tradición futbolera si los hay, la final fue seguida por 17 millones de habitantes (12 por la cadena ABC, de habla inglesa, y cinco por Univisión, de habla hispana), superando en más de tres millones la cantidad de televidentes que siguieron, en promedio, la final de la NBA.

¿Y por casa cómo andamos? Según informes privados, el Mundial movió 14 millones de dólares en publicidad y provocó una venta de 2.200.000 televisores, el 70% más de lo que se esperaba. Y la audiencia fue récord histórico: 132.490.632 personas vieron el Mundial (acumulando el rating de todos los partidos), con un pico de 7.360.000 argentinos vibrando en el partido de octavos frente a México. Comparado con los 5.400.000 que habían visto el Argentina—Inglaterra del 2002, la nueva fiebre Mundial salta a la vista.

Fuente: www.ole.com.ar