julio 29, 2007
ANDRES ROMERO, Un nuevo ARGENTINO TOP EN GOLF
El tucumano logró en Hamburgo su primer título en el European Tour y ratificó, a los 26 años, que está para grandes cosas. El domingo pasado terminó tercero en el Open Británico, donde tuvo chances de lograr el título. En dos semanas, apenas, embolsó en premios 1.027.822 euros. Angel Cabrera, en junio, había dado un gran golpe al ganar el US Open
Andrés Romero lo hizo. Pudo, finalmente, mantener la punta en el Abierto de Hamburgo y de esa manera, a los 26 años logró su primera victoria en el competitivo Tour Europeo. De paso ratificó una verdad a gritos: es el jugador con mayor proyección del golf argentino. No sólo por haber logrado este campeonato, después de una vuelta de 70 golpes y un acumulado de 19 bajo el par. Tampoco por su tercer puesto de la semana pasada en el Open Británico, donde estuvo a nada de quedarse con la gloria. Andrés, que nada tiene que ver con el cordobés Eduardo Romero, es talento puro y le sobra juego (en el campo y sobre todo arriba del green) para dar rápido el gran salto y empezar a codearse con los mejores. Aunque ya habrá tiempo para eso, claro.
Ahora es el momento de disfrutar de este momento único. Salió a jugar la vuelta final con toda la presión encima de llevar la punta por dos golpes. "Voy a jugar igual, al ataque", prometió desde la frescura de sus 26 años. Cumplió en esos primeros hoyos en los que mostró el mismo atrevimiento que paseó ayer, en una inolvidable vuelta de 63 golpes (9 bajo el par). Claro que el interrogante, que le dio vuelta a él y ni hablar el resto, era si podía aguantar la presión. La propia y sobre todo la que en teoría le iban a plantear sus rivales.
¿Cómo respondió? Al principio, de la mejor manera: birdie el 1, birdie el 3 y también birdie el 4. Qué tal... Subió el 5 y se acomodó enseguida bajando el 7. Hasta ahí, llevaba tres menos para el día y un acumulado de 20 bajo el par. Era el cómodo puntero por méritos propios y porque a la vez los otros aspirantes a la pelea se iban desdibujando en medio de errores.
Hubo, sí, algunos "nubarrones" en el camino. En el hoyo 9, de 403 yardas, por ejemplo. Ya lo había subido el viernes y hoy la volvió a pasar mal ahí, donde anotó un doble bogey que le dio algo de incertidumbre al final. Igual, todo estaba en manos del tucumano. De él dependía ponerle moño a dos semanas inolvidables. Respiró hondo, se aferró a su swing y no tuvo obstáculos para abrazarse a su máxima alegría profesional.
Hubo una señal: el birdie del duro par 4 del 11, de 450 yardas. Cerrar la tarjeta sin una hecatombe, era el asunto. Es cierto, subió el par tres de 220 yardas del 14 y otra vez en el ambiente aparecieron los fantasmas. Pero sucesivos pares (15, 16, 17), más un birdie en el 18, le dieron lo que tanto esperaba.
Romero tuvo un arranque de 2007 con algunos altibajos, más allá del séptimo puesto en Qatar. No había pasado los cortes en Dubai, Emiratos Arabes y Malasia. Eran meses sin en esa sensación que tiene en la actualidad. Pero de a poco fue encontrando su mejor nivel. Fue sexto en España, cuarto en Irlanda y duodécimo en Inglaterra. Estaba, a esa altura, en camino de dar el gran golpe. Ganó el Abierto del Norte, en Tucumán, y era cuestión de paciencia para festejar a lo grande. Lo tuvo en Carnoustie la semana pasada, pero un doble bogey en el par 4 del 17 y un bogey en el par 4 del 18, lo dejaron a sólo uno del desempate junto a Harrington y a García. Ese domingo, en medio de la bronca, habló con su representante y entre ambos acordaron que debía jugar en Alemania, pese a las ganas de tomarse unas merecidas vacaciones en Argentina. Aprovechó el envión y vaya si valió la pena.
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1 comentario:
Interesante blog. Prometo volver . Saludos...
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