DOS OBRAS DE ARTE
DE RIQUELME
Por Guillermo Tagliaferri
Pensar que hubo muchos que dudaron sobre la conveniencia de darle la titularidad a Juan Román Riquelme. En el debut de Argentina en las largas eliminatorias sudamericanas que desembocarán en el Mundial de Sudáfrica 2010, el volante que no tiene lugar en el Villarreal fue fundamental para que el equipo de Alfio Basile arranque con un 2 a 0 sobre Chile. Riquelme ejecutó con gran categoría y calidad dos tiros libres, casi calcados, que se convirtieron en los dos festejados goles argentinos.
Además de estos dos golazos, Riquelme, fiel a sus características, se convirtió en el generador y conductor del juego argentino. Y si Riquelme está en una tarde feliz y también lo están Lionel Messi y Carlos Tevez son pocos los rivales capacitados para frenarlos. Chile, pese a un comienzo con juego fluido en los primeros minutos, terminó sucumbiendo ante la enorme técnica de las individualidades locales. No hubo forma de interrumpir las gambetas de Messi o de cortar la potencia con talento de Tevez. Y mucho menos pudo hacer un estático arquero Claudio Bravo ante los dos tiros libres goleadores de Riquelme.
En ese primer tiempo, donde llegaron ambos goles argentinos, quedó en evidencia la diferencia entre un equipo y otro. Argentina manejó la pelota casi a voluntad. Igual que en el período final, cuando Chile cayó en la tentación del juego brusco y se fue cargando de tarjetas amarillas y hasta una roja. Manejó el balón con criterio y hasta con abuso de lujos Argentina pero le faltó la puntada final para cerrar un resultado más amplio.
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