Argentina es finalista de la Copa Davis. David Nalbandian y Agustín Calleri vencieron a Wayne Arthurs y Paul Hanley por 6-4, 6-4 y 7-5 en el tercer punto de la semifinal que se disputa en el Parque Roca. Con el triunfo, el equipo de Mancini logró una decisiva ventaja de 3-0 y mañana afrontará los últimos singles sólo para cumplir. El rival en la final saldrá del choque entre Rusia 2 – Estados Unidos 1.
Ambas duplas arrancaron muy enchufadas y haciéndose fuertes con el saque. Primero fue al servicio Arthurs, y Australia aprovechó la soltura de Hanley –un especialista de esta modalidad– en la red. Enseguida contestó Calleri, con envíos bien colocados y muy potentes.
Pasaron también sin quiebres los turnos de saque de Hanley y Nalbandian, hasta que Arthurs se complicó y rápidamente quedó 0-40. Se escaparon las dos primeras chances, pero un palo por la paralela de Calleri no tuvo respuesta australiana y Argentina festejó el primer break del partido (3-2). A partir de ese momento, mucha paridad, aunque David marcaba diferencias a pura sutileza (5-3). Se sufrió con el saque de Calleri, ya que los visitantes tuvieron dos oportunidades para emparejar, pero el Gordo se mostró inteligente y pudo cerrar el game: 6-4 y primer set en casa.
Acusaron el golpe los australianos, que entraron desconcentrados al comienzo del segundo parcial. Mientras, Nalbandian y Calleri eran dos perros de presa. Argentina se puso break point y el unquillense lo definió con un globo sublime, que picó justo sobre la línea de fondo. Quiebre tempranero, una inmejorable situación para la pareja nacional.
Hanley y Arthurs estaban perdidos, mientras que a los cordobeses les sobraba entrega. Lamentablemente, se dejaron escapar dos buenas chances para quebrar, pero el servicio de Calleri seguía siendo confiable y Argentina manejaba el trámite con tranquilidad (3-1). La pareja local encontraba buenos ángulos y lastimaba con la devolución. Promediaba el segundo set y lo de Nalbandian ya era fantástico, mientras que el Gordo alternaba buenas y de las otras (4-2).
Calleri ganó un nuevo juego de saque y parecía que el set tenía destino albiceleste. Enfrente, Hanley hacía lo que podía junto a un Arthurs inconsistente, que se había convertido en una mochila cada vez más pesada para su compañero. Fue Nalbandian al saque y no tuvo inconvenientes para cerrar el parcial (6-4). La final estaba a un paso.
La pareja australiana salió a quemar las naves en el inicio del tercero y levantó algo su nivel, pero David estaba intratable con la devolución y muy fino en la red (2-3). El servicio de Calleri volvió a pagar buenos dividendos y la puerta de un nuevo break se abrió en el juego siguiente (0-30), pero Hanley ajustó su saque y los visitantes pudieron zafar. Mientras, el público estaba cada vez más metido y el Parque Roca explotaba al grito de "Argentina, Argentina".
Los cordobeses volvieron a quedar cerca en el noveno juego, pero los break points se hacían desear. Enseguida, Calleri definió el game con un smash que pasó entre las piernas de Arthurs y se convirtió en el 5-5. La dupla argentina puso el alma ante el saque de Hanley y logró el tan ansiado quiebre con un palo (el enésimo) de Calleri. Al saque fue Nalbandian, y el unquillense no tuvo problemas para cerrar el partido y la serie.
3-0. Así de fácil lo hicieron. 25 años después, Argentina vuelve a estar en la final de la Copa Davis. Ahora habrá que esperar un día más para saber cuál será el rival para el fin de semana del 1º de diciembre. ¿Rusia? ¿Estados Unidos? Por ahora poco importa. Es tiempo de celebrar este inmenso logro del tenis argentino.
El triunfo de Acasuso
Una parada difícil se jugaba Acasuso. Es que si bien es cierto que ayer la serie había quedado a su favor, frente a un tipo ganador como Lleyton Hewitt, estar arriba 1-6, 6-4, 4-6, 6-2 y 4-0, con el saque, no le garantizaba absolutamente nada. Y la presión estaba, se palpaba en el ambiente. Y más aún cuando en el arranque de la reanudación, el australiano logró quebrar el saque del misionero.
La gente tomó nota de que debía ayudar para que Acasuso no dejara pasar el tren de la victoria. Así, sonó bien fuerte el "Chucho, Chucho". Y los gritos se agrandaron cuando Hewitt, estando 30-0 arriba cometió dos dobles faltas seguidas. El australiano, visiblemente nervioso e incomodado por el público y también por la telaraña que le tejió Acasuso, terminó entregando el game.
"Sabía que tras las dos doble faltas seguidas que cometió, yo sólo tenía que meter la pelota", explicó Acasuso con la victoria consumada. Y así salió a jugar el sexto game, con su saque. Hewitt pareció sentir la ansiedad de haber perdido la chance de meterse nuevamente en el partido y le dejó el triunfo servido a Chucho, quien esta vez no falló y le dio a Argentina el 2-0 tan buscado.
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