junio 09, 2006
GANÓ ALEMANIA, PERO DEJÓ MUCHAS DUDAS
Alemania y Costa Rica se enfrentaban en el primer partido del Mundial. Tras una ceremonia inaugural en la que fueron homenajeados los planteles campeones del mundo de las ediciones anteriores, el estadio de Munich se preparaba para vivir la gran fiesta del fútbol.De un lado estaban los locales, quienes contaban con el apoyo del público pero llegaban a este encuentro sin su máxima figura, Michael Ballack. El capitán del equipo que dirige Jürgen Klinsmann sufrió una lesión en la pantorrilla derecha que lo dejó sin posibilidades de estar en el debut. Pese a esa sensible baja, entonces, los alemanes tenían la obligación de demostrar que eran serios candidatos al título.Enfrente, Costa Rica, con la ilusión de sumarse a la larga lista de equipos que dieron la sorpresa en el partido inaugural. Para ello, Alexandre Guimaraes, técnico del conjunto tico, apostaba todas sus fichas a la potencia goleadora del delantero Paulo Wanchope.Condimentos no faltaban en este choque del Grupo A, más teniendo en cuenta que la terna arbitral era argentina: Horacio Elizondo, Darío García y Rodolfo Otero. La tensión aumentó en el estadio, movió Costa Rica y la pelota comenzó a rodar en Alemania 2006.El equipo local arrancó presionando en campo rival, con un Schweinsteiger muy activo que recuperaba por la izquierda y desbordaba con velocidad. Costa Rica hacía lo que podía y sólo logró aguantar el cero durante cuatro minutos. El primer grito de la Copa llegó a los 5, cuando el lateral izquierdo Lahm tomó la pelota por su banda, enganchó para el centro y, desde el borde del área, sacó un derechazo tremendo, combado, que se clavó arriba, en el ángulo del arco defendido por Porras.A partir de allí, y con la tranquilidad del resultado a favor, el equipo de Klinsmann empezó a manejar los tiempos del partido. Schneider probaba desde afuera, Klose ganaba de cabeza y Costa Rica se refugiaba atrás. Parecía que el segundo tanto alemán estaba al caer, pero los centroamericanos sacaron un conejo de la galera que enmudeció al estadio. Gran jugada colectiva y descarga al vacío para Wanchope, quien aprovechó el adelantamiento de la última línea local y picó en perfecta posición. Encaró a Lehmann y tocó suave, por bajo, acomodando la pelota junto al poste derecho. Apenas se jugaban 11 minutos y el partido ya estaba 1-1.Fue un comienzo a pura emoción, sobre todo cuando Schweinsteiger, el más activo de la cancha, desbordó por la derecha y mandó un centro rasante que encontró la solitaria aparición de Miroslav Klose. El delantero alemán tocó suave ante el arco vacío y los locales volvieron a respirar con el 2-1.Llegando a los 30, Alemania monopolizaba el control de la pelota y dominaba territorialmente. Sin embargo, el pronóstico seguía siendo reservado porque los locales marcaban en línea y le daban muchas ventajas a su rival. Un contragolpe de Wanchope, entonces, podía volver a cambiar la historia. Claro que el delantero costarricense estaba muy solo y tenía que trabajar siempre en inferioridad numérica. Así se fue una primera parte cargada de emociones, en la que los de Klinsmann fueron más pero también mostraron grandes deficiencias defensivas.Costa Rica estuvo cerca de la igualdad en el inicio del complemento. Fue con una pelota parada que cayó en el centro del área local. Fonseca apareció solo, ante la pasividad de los defensores alemanes, y su cabezazo salió por el segundo palo. A partir de los 10, los de Guimaraes se animaron un poco y llevaron algo de peligro al arco de Lehmann, pero el equipo alemán era más contundente y enseguida llegó al tercero.Lahm desbordó por enésima vez y mandó un centro para Klose. Tras un desvío en Martínez, el delantero pudo cabecear. Porras llegó a rozar la pelota, pero el rebote en el palo volvió a caer en los pies del alemán para que este gritara el segundo de su cuenta personal.Dos goles de desventaja parecían demasiado para un Costa Rica con pocas ambiciones, pero los descuidos de la última línea del conjunto local estaban a la orden del día. Centeno aprovechó uno de esos errores y, con una sutileza, la picó para la entrada de Wanchope, quien –ligeramente adelantado- se metió entre los defensores. Allí apareció toda la categoría del delantero de Herediano para tocar suave, de derecha. El resultado quedaba 3-2 y el final estaba abierto. ¿El público? No lo podía creer.Alemania volvió a ir a la carga, aprovechando la potencia de Lahm por la izquierda, aunque Klose ya le había dejado su lugar a Neuville y los de Klinsmann ya no ganaban por arriba. Se jugaban los últimos minutos y el equipo local quiso tener un final sin sobresaltos. Por eso fue a definir el partido y encontró el 4-2 definitivo con un bombazo de Frings desde afuera del área. Porras voló pero no pudo evitar que la pelota se clavara en el ángulo. Asunto sentenciado.Elizondo, de correcta actuación, marcó el cierre del encuentro. Los simpatizantes locales pudieron festejar un triunfo que tuvo sus fundamentos en el oportunismo de Klose y la inteligente apuesta a rematar desde afuera. La otra cara de la victoria, sin embargo, fueron los desacoples defensivos ante un rival de menor jerarquía. Pese a ello, Alemania dio un primer paso exitoso en el Mundial.